Viernes Santo
Viernes Santo
Paso uno: Introducción
¿Qué es el Viernes Santo?
El Viernes Santo es, fundamentalmente, un día de duelo durante el cual se recuerda la crucifixión de Jesucristo en el Calvario, quien se sacrifica para salvar del pecado a la humanidad y darle la vida eterna. De allí que la cruz se haya tomado como el símbolo de la gloria para la adoración de los cristianos.
Costumbres del Viernes Santo.
La iglesia nos invita a realizar las siguientes acciones, que nos ayudaran a reflexionar sobre como Cristo nos salva a cada uno camino de la cruz.
Cubrir imágenes de Jesús: Este día, en las iglesias, las imágenes —principalmente el crucifijo— se cubren con tela morada, en señal de la ausencia de Jesús.
Rezar el Vía Crucis: Es costumbre rezar el Vía Crucis, también conocido como Camino a la Cruz.
Meditar sobre las 7 palabras de Jesús: Este día, también se medita sobre las siete palabras, las siete últimas palabras que Jesús pronunció en la cruz.
Adoración a la cruz: Es tradición participar en la liturgia de adoración a la cruz, con que se cierra la celebración litúrgica de la Muerte del Señor. La finalidad es acompañar a Jesús en el sufrimiento.
Rezar el Credo: A las tres de la tarde se suele recordar el momento de la crucifixión rezando el Credo de los Apóstoles.
Paso dos: Leer el siguiente evangelio.
+ Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (18,1–19,42):
https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2020-04-10
Los invitamos a abrir el enlace para seguir la lectura bíblica del día, sino puede buscar en la biblia la cita de San Juan ya indicada anteriormente.
Paso tres: Queremos compartir la siguiente reflexión del autor Rubén Iracheta, disponible en CATO (@catoliscopio).
El Viernes Santo siempre me ha causado ruido, más que nada porque el dolor que Cristo pasó aquel día simplemente se me hace siquiera impensable. En este día se recuerda cómo el Salvador sufrió por nuestros pecados y se puede sacar mucho de ello si nos ponemos empeño en ello.
1. Las periferias del humano
El Papa Francisco desde los inicios de su pontificado lo ha propuesto y ha puesto el ejemplo: ir a las periferias geográficas y existenciales. Cristo mismo lo realizó haciéndose humano, pero ¿realmente fue humano? Sin duda lo fue y lo fue a tal grado que desgarró su cuerpo con tal de darnos vida. Fue a lo más hondo de la existencia corporal y se encontró con el desprecio, con la burla, con el dolor, con la muerte. Llegó a tal extremo en su periferia que “ya no parecía humano” (Is 52, 14). ¿En qué punto, pues, Jesús fue más humano?
2. El Cordero de Dios
Jesús sabía muy bien quién era y cuál era su papel al venir al mundo. Él vino a darle plenitud a la ley (Mt 5, 17), porque bien sabía qué iba a ocurrir y más aún, el por qué. El ser llamado “Cordero de Dios” por Juan el Bautista no es casualidad, si tomamos en cuenta cómo dentro de la espiritualidad de los judíos se tomaba el sacrificio de corderos. Me gusta siempre en algún evento durante la Semana Santa el preguntar esto: si pudieras acabar con todo el pecado del mundo a costa de ti mismo, ¿lo harías? Y aquí recae la cuestión, ya que no estoy hablando solamente de los que haya cometido una persona, ni su familia, hablo del pecado del género humano, en cualquier era, de cualquier raza, desde una persona que mintió a su mamá para ir a una fiesta, hasta una persona que ha asesinado. ¿Estamos dispuestos a sufrir cómo Él sufrió?
3. Sosteniendo la Fe Cristiana
Existe un canto que en lo personal es de mis favoritos, teniendo como tema la cruz. En una estrofa habla sobre como la cruz en la que murió el Salvador, la columna vertical engloba la raza humana y el eje horizontal sostiene la fe cristiana. Esto llega siempre hasta lo más profundo de mí, me hace recordar que lo que creemos no es una simple teoría, no es una moda, no es algo que sea simplemente una construcción o institución social. En aquel día de la crucifixión es cuando el mayor acontecimiento de la historia tuvo lugar y hasta el día de hoy, ese árbol de la cruz sigue dando frutos. ¿Somos nosotros acaso un fruto de esa cruz o la rechazamos?
4. Acciones verdaderas…y dolorosas
De pequeño, además de enseñarme a querer ser mayor, me mandaron al catecismo como tal vez te pasó a ti. Cuando tuve edad para comprender un poco más de lo que pasó aquel día que la tela del templo se rasgó, pensé que yo le habría ayudado de alguna manera al Mesías… pero ¿cómo sabría que era el Mesías? Hasta los más cercanos a Él dudaron de que resucitaría, hasta los más cercanos al ser cuestionados sobre la persona de Jesús no sabían quién era (Mt 16, 13-14). Siempre he pensado que si le hubieran dicho al hombre que lanzó la bomba atómica lo que iba a lanzar, jamás la habría lanzado, como de la misma manera, si hubiéramos sabido que era el Mesías, ¿lo hubiéramos dejado cumplir su misión por amor o por miedo a correr la misma suerte que Él? ¿Hubiéramos permitido que lo siguieran golpeando o dejaríamos culminar su muerte?
Esperamos que esta reflexión del Viernes Santo les ayude a entender que Cristo se entrega hasta la muerte y muerte de cruz por amor a cada uno de nosotros, y con este mismo amor los invitamos a cuidarse para volvernos a ver pronto.
Equipo Pastoral Regina Pacis